jueves, 13 de noviembre de 2014

SOLO NOS QUEDAS TU, SERENIDAD



Se llevó los recuerdos con una lágrima en el pecho y un sinfín de emociones. 

Lloré como un niño por el tiempo que pasa y no se sabe dónde. 


Serenamente, pero cuando llega, ya no queda otra porque no queda tiempo. 


Sinceramente, huyó con los sueños de tantos, con los sueños ajenos, con la primavera 


ambigua, con un círculo dorado que yo le había impuesto.


En la distancia, el panorama ya no consuela y la soledad embarga razones y todo lo 


confunde: Serenidad.


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